Hola!...y permiso. Casi sin darme cuenta, entré a un mundo nuevo. Llevo las de ganar porque todavía no he dicho nada.Les cuento: Desde hace cincuenta y cinco años vivo en una villa. Yapeyú, para mas datos.Mucho de todas las gentes. "Chicos y perros es lo que sobra". Ansias de vida, también. Si mal no viene al caso, creo que soy pobre. Hubo circunstancias que jugaron a mi favor. Otras no tanto. Gracias a Dios que, casi, ni las tengo en cuenta. Al menos por la huella que dejaron. Respecto de la memoria intelectual diría que se observa intacta. Y eso me sirve ¡claro que sí! Por eso es que puedo contarles cosas. Sustanciosas, grosas, amargas...y de las otras. Que en definitiva van rellenando la hoquedad del sublime gris de las jornadas. Iguales y definitivas. Distintas y paradójicas. Cada una de ellas. Y es así. Tal cual. Porque el "cada una" no es un capricho. Así vivimos. Así reza nuestro manual. Mañana será otro día...No podemos darnos el lujo de elaborar un futuro a cuenta. A largo plazo. Ya lo hemos hecho alguna vez y solo avisoramos una tenue ausencia de materia y de sensaciones que confunden. Solo hasta que empiece a latir, endemoniado e inaugural, nuestro orgullo. Tal vez de sabernos aunque sea, sobrevivientes de cierta horda de sucesos. De cierta promesa amanecida. De un último hijo.De la última penuria. De una odisea, individual y extrema. De una fatídica "nada". Que en cierta manera enmarcan una premisa fundamental que es nuestro credo: ¡Somos!...Y eso ya es mucho. ¡Gracias por darme un lugar! Lo estaba necesitando. Mas adelante les alcanzaré algunas vivencias que hicieron historia. Que dejaron algo. ¡Nos vemos!
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